El domingo es mi día de descanso. Dejo de ser lo que los otros, la familia, la sociedad, el mundo, quiere que yo sea, acompañado por Pascale y el muñeco “Pierrot” con el que ella jugaba en su infancia. Dejo de ser lo que los seis días de trabajo quieren que yo sea. Bendito domingo. No hago ningún esfuerzo. Simplemente vivo. No trabajo ni hago trabajar a nadie. Olvido que el dinero existe. No compro nada. No leo los periódicos. No me afeito. Trato de comer lo menos posible. Cuando puedo ayunar, ayuno, hago descansar mi estómago. Si puedo no hablar no hablo, hago descansar mi mente. Lucho por olvidar todas las palabras. Simplemente me entrego al silencio. Olvido mis rencores. Acepto amar todo lo que existe. Guardo en un cofre de acero la mayor parte de mis deseos. No trato de ser algo, simplemente acepto lo que en verdad soy, aunque no he logrado saber lo que soy. Quizás yo sea el Pierrot con el que soñaba Pascalita. Me pongo mis zapatos más viejos para dar un paseo sin finalidad. Agradezco el inmenso placer de respirar. Imagino que no tengo nombre. Me despego del pasado y del futuro. En el presente no soy sino que estoy siendo. Ya te lo dije, es mi día descanso. Mañana lunes volveré a escribir para ti con cariño. Saber que me lees me devolverá mis seis días siguientes de la semana. Gracias por existir. . Photo by @pascale_montandonjodorowsky
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